Un estudio encargado por la Cámara de Agricultura y Silvicultura de Austria en Carintia (región meridional de los Alpes y estado menos densamente poblado), reveló que el 90% de los encuestados no está dispuesto a consumir carne cultivada con regularidad, el 72% expresó su preocupación por los riesgos para la salud y el 82% incluso quiere prohibir esta tecnología.
En la encuesta se interrogó a más de 800 personas mayores de 16 años y, según el vicegobernador Martin Gruber (ÖVP), se informó a los participantes de forma neutral y objetiva sobre el proceso de producción antes de preguntarles si consumirían carne «cultivada en laboratorio».
«Este vehemente rechazo es una confirmación de nuestra lucha contra la carne de laboratorio, simple y llanamente. Se trata de impedir que esta carne falsa entre en el mercado de la UE», declaró Gruber a los medios locales.
Siegfried Huber, presidente de la Cámara de Agricultura de Carintia, declaró: «Unas pocas grandes empresas quieren desbancar a nuestras pequeñas estructuras agrarias». Tres cuartas partes de los encuestados también ven la agricultura nacional amenazada por la carne de laboratorio».
«Proteger» a los ganaderos
En abril, la cámara lanzó la petición «¿Carne de laboratorio? NO, ¡GRACIAS!» para proteger a los ganaderos, los consumidores y el medio ambiente. La iniciativa, que recibió el apoyo unánime de todos los grupos políticos de la Asamblea General de la cámara, se entregará en otoño al próximo gobierno federal para que promueva la prohibición de la carne de laboratorio, como hizo Italia. Hasta ahora se han recogido 12.000 firmas, y la cámara tiene previsto reunir más firmas en los próximos festivales culinarios y mercados semanales.
Varias personalidades destacadas de Carintia, como el médico y agricultor de montaña Dr. Georg Lexer, la autora de libros de cocina y personalidad de las redes sociales Catrin Ferrari-Brunnenfeld (Cooking Catrin), y el campeón olímpico y agricultor Fritz Strobl, apoyan la petición.
«Creemos que hay mucha gente en Carintia que comparte nuestras preocupaciones y que está en contra de la introducción de estos productos. Por eso invitamos a todos los carintios a firmar», dice Huber.
Principales preocupaciones contra la nueva tecnología
Según el anuncio de la Cámara, la «carne cultivada en laboratorio» podría poner en peligro la agricultura nacional al dar ventajas indebidas a las grandes empresas, lo que podría obligar a las pequeñas explotaciones a abandonar el negocio. Además, la cámara señala su preocupación por los posibles riesgos para la salud del consumo de carne cultivada, ya que aún deben realizarse estudios sobre sus efectos en la salud.
Además, los políticos citan un estudio de la UC Davis que afirma que la carne cultivada no sería mejor para el medio ambiente que la de vacuno, ya que podría emitir más CO2. Según el GFI, este estudio no revisado por pares de la UC Davis difiere de la literatura científica existente.
Cabe señalar que en la revisión del marco normativo de aprobación de la carne cultivada celebrada este año en el Consejo de la UE, Stella Kyriakides, Comisaria Europea de Salud y Seguridad Alimentaria, señaló que la normativa sobre nuevos alimentos de la UE garantiza la salvaguarda de la salud humana y los intereses de los consumidores en su mercado interior.
Por su parte, Alex Holst, responsable de políticas del Good Food Institute Europe, subrayó: «Esta declaración no vinculante (en referencia a los argumentos esgrimidos por la coalición de la UE contra la carne cultivada) difunde información errónea sobre la carne cultivada y socava el sistema regulador europeo, líder en el mundo. Revisar ahora el proceso normativo de los Novel Foods es totalmente innecesario y corre el riesgo de impedir que la UE asuma un papel de liderazgo en este sector, al igual que Estados Unidos y China invierten en carne cultivada para impulsar sus economías y crear puestos de trabajo con futuro.»