Carne cultivada

GFI: El Precio de la Carne Cultivada Podría Bajar a $2.57 por Libra para 2030

A medida que la revolución de la carne cultivada se acelera en todo el mundo, dos estudios, los primeros en su género, han demostrado que la carne de origen celular aporta importantes beneficios al clima y al medio ambiente.

Los estudios, que contaron con el apoyo del Good Food Institute (GFI), muestran que la carne cultivada podría ser competitiva en costes con múltiples formas de carne de animal tradicional para 2030.

Las principales conclusiones del estudio demuestran que, en comparación con la carne de vacuno, la carne cultivada puede suponer hasta un 92% menos de calentamiento global y un 93% menos de contaminación atmosférica, así como un 95% menos de tierra.

©Eat Just

Cuando se utiliza energía renovable en la producción de ambas formas, se utiliza un 78% menos de agua. Estos importantes hallazgos se suman a la creciente cantidad de pruebas de que el futuro de la carne se basa en las células en la carrera hacia las emisiones netas cero.

Los estudios modelan una futura instalación de producción de carne cultivada a gran escala y muestran que, para 2030, el coste de la carne cultivada a partir de células, cuando se fabrica a escala, podría bajar a 5,66 dólares por kg (2,57 dólares por libra).

Los dos estudios -una evaluación del ciclo de vida y una evaluación tecnoeconómica- son los primeros informes que se basan en los datos aportados por las empresas que participan en la cadena de suministro de la carne cultivada. Han participado más de 15 empresas, entre ellas cinco fabricantes de carne cultivada.

©Aleph Farms

Más allá de las emisiones, los beneficios globales para la salud humana asociados a la producción celular son enormes en términos de transmisión de enfermedades zoonóticas y resistencia a los antibióticos.

Además, dado que la carne animal utiliza hasta 19 veces más tierra que la carne cultivada, la transición de la agricultura animal a la producción de carne cultivada liberará tierra para restaurar los ecosistemas y secuestrar carbono. Obviamente, también calmaría las preocupaciones éticas por el maltrato y sacrificio innecesario de miles de millones de animales cada año.

En palabras del científico principal del GFI, Elliot Swartz: «Ya en 2030, esperamos ver un progreso real en los costes de la carne cultivada y una reducción masiva de las emisiones y del uso de la tierra gracias a la transición a este método de producción de carne.

©Aleph Farms

Esta investigación supone un voto de confianza y sirve de hoja de ruta práctica para que la industria aborde los cuellos de botella técnicos y económicos, lo que reducirá aún más el impacto climático y los costes.

La inversión gubernamental en I+D e infraestructuras será fundamental para acelerar el desarrollo de la carne cultivada y ayudarnos a alcanzar los objetivos climáticos mundiales. Las políticas favorables y los mercados de carbono pueden incentivar la restauración de las tierras agrícolas por su potencial de secuestro de carbono y servicios ecosistémicos, maximizando los beneficios climáticos de la carne cultivada.»

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