La empresa holandesa de fermentación Farmless ha obtenido una subvención de un millón de euros del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
Farmless produce proteínas funcionales con un perfil completo de aminoácidos para la industria alimentaria. Su proceso de fermentación basado en el aire utiliza microorganismos alimentados por CO2, hidrógeno, nitrógeno y materias primas producidas a partir de energías renovables, en lugar de azúcar, para producir proteínas de forma «radicalmente» más eficiente que la ganadería.
«Tenemos la misión de fermentar proteínas sin terrenos agrícolas, haciendo que la producción de alimentos y proteínas sea drásticamente más eficiente»
Con estos fondos, la empresa demostrará y optimizará su método de fermentación para la producción de proteínas en una instalación pionera. En diciembre de 2023, la startup recaudó 4,8 millones de euros para construir una fábrica piloto en Ámsterdam con instalaciones de I+D, una cocina de aplicaciones alimentarias y oficinas.
«Nuestra misión es fermentar proteínas sin necesidad de terrenos agrícolas, haciendo que la producción de alimentos y proteínas sea mucho más eficiente. Nuestro impacto dependerá, en última instancia, de lo rápido y rentable que seamos capaces de ampliar nuestras fábricas de cerveza de proteínas», explica Farmless en las redes sociales.
Potencias productoras de proteínas
El fundador y consejero delegado Adnan Oner fundó Farmless en 2022, aprovechando la fermentación microbiana para crear suministros de alimentos abundantes y sostenibles al tiempo que contribuye a los esfuerzos medioambientales globales y a la reducción de carbono.
La empresa afirma que su método de producción -independiente de la agricultura tradicional, el clima o las regiones- es neutro en carbono y significativamente eficiente en el uso de la tierra, ya que utiliza 5000 veces menos tierra que la producción de carne de vacuno.
Entre los competidores de la fermentación por aire se encuentran Solar Foods, que este año ha puesto en marcha una planta a escala comercial en Vantaa (Finlandia); la empresa austriaca Arkeon Biotechnologies, que gestiona una planta piloto en el Polo de Innovación Seestadt de Viena; la multinacional biotecnológica Calysta, que produce sus proteínas derivadas de la fermentación a través de la empresa china Calysseo (una empresa conjunta de Calysta y Adisseo); y la empresa estadounidense Air Protein, que cuenta con una «granja aérea» en San Leandro (California).
«Si desbloqueamos los poderes de producción de proteínas de los reinos microbianos, podemos crear un futuro por el que merezca la pena entusiasmarse. Podemos tener un suministro de alimentos abundante y libre de crueldad, repoblar el mundo y restaurar los bosques, todo ello mientras extraemos gigatoneladas de CO2 del aire», comentó Oner cuando la empresa recaudó fondos para construir su instalación piloto.