La startup mexicana Desserto ha anunciado nuevas colaboraciones con grandes marcas como Givenchy, Fossil, Karl Lagerdeld y Everlane.
Desserto, el biomaterial alternativo a la piel animal hecho a base cactus continúa expandiéndose y anotando triunfos en los mercados internacionales.
La marca ha anunciado una nueva colaboración con Givenchy Parfums, del grupo LMVH, con su primer bálsamo labial líquido marmolado Couture Rose Perfecto en un innovador estuche vegano a base de cactus y una botella de vidrio de alta calidad que permite una fácil separación para el reciclaje, desarrollado gracias a una asociación única entre ambas marcas.
Esta noticia se ha hecho eco casi al mismo tiempo en que la marca Fossil comunica su asociación con Smiley para celebrar su 50.º aniversario con una mochila Buckner de edición limitada que ha sido. El producto cuenta con colores retro, la firma y los gráficos del 50 aniversario de Smiley, y una funcionalidad adicional con una riñonera desmontable.
Karl Lagerfeld, por su parte, anuncia su segunda colaboración con la miembro de la familia Team Karl y embajadora de sostenibilidad, Amber Valletta. La nueva colección incluye una selección de prendas prêt-à-porter y exclusivos accesorios confeccionados con materiales sostenibles, como el algodón orgánico fabricado sin productos químicos dañinos, las fibras recicladas o una innovadora alternativa a la piel derivada del cactus y diseñada por Desserto.
Desserto y Everlane
A su vez, la firma estadonidense Everlane de accesorios y ropa ética y transparente que provoca furor ha lanzado una colección especial hecha con este biomaterial.
Según el fundador de Everlane, Michael Preysman, «en el clima de activismo actual se podría afirmar que comprar, como votar, es también un acto de responsabilidad social. ¿Somos conscientes de lo que significa? ¿Se educa a los consumidores para ser responsables a la hora de tomar una decisión tan trascendental? Al adquirir un producto de una marca, la gente está contribuyendo de manera decisiva a la perpetuación del modelo de producción que esa empresa promueve».
«Antes los mayoristas y los distribuidores decidían qué se vendía. Ellos fabricaban y la gente compraba. La tendencia se ha invertido. Ahora son los consumidores los que controlan el proceso. Es un escenario totalmente distinto», ha señalado.
