Un grupo de más de 20 empresas españolas de productos del mar y sindicatos de consumidores han acusado a los productores de productos del mar de origen vegetal de engañar a los consumidores a través de su etiquetado.
Las organizaciones -entre las que se encuentran Apromar, Cepesca, Interfish, Conexmar, ConsumES, etc.- han anunciado su intención de unirse a SAFE Food Advocacy Europe para instar a las autoridades europeas a que establezcan normativas más estrictas para los productos de origen vegetal. Afirman que estos alimentos no deberían poder imitar al pescado o al marisco.
Aunque las empresas afirman que sus objeciones se centran sobre todo en el «engaño» a los consumidores, es evidente que hay otros factores en juego. Conexmar afirma que la comercialización de productos del mar de origen vegetal «puede dar lugar a una competencia desleal», mientras que Miguel López Crespo, vicepresidente de ConsumES, admite que «también nos preocupa el daño que este tipo de productos puede causar a nuestros productos del mar y de la acuicultura».
En consecuencia, parece tratarse de un caso claro de productores de marisco que se sienten amenazados por la creciente adopción de alternativas al marisco, e intentan perjudicar a sus competidores de origen vegetal como consecuencia de ello. Las organizaciones se oponen no sólo al uso de palabras como «pescado» en los envases de productos vegetales, sino también a la utilización de frases o imágenes que evoquen el océano, alegando que esto «confunde» a los consumidores (a pesar de que algunos productos del mar de origen vegetal contienen ingredientes derivados del océano, como las algas).

Restricciones europeas al etiquetado
Esto nos recuerda la rechazada enmienda europea 171, que contaba con el apoyo de los grupos de presión de la industria láctea. La enmienda habría prohibido a los productores de alternativas lácteas utilizar cualquier imagen que evoque a los productos lácteos, como una foto de su propio producto vertiéndose sobre cereales. También habría impedido a las empresas basadas en plantas utilizar formatos de envasado similares a los de los productos lácteos. Estas restricciones innecesarias fueron rechazadas, pero parece que esto no ha disuadido a los productores de productos animales de seguir intentando restringir el etiquetado de los productos vegetales.
En Europa, la situación es más frecuente en algunos países, como Francia, donde se intentó aprobar un decreto que prohibía el uso de términos similares a «carne«, como «filete» y «jamón», en los productos vegetales. Este decreto fue suspendido en abril, al concluir un juez que existían serias dudas sobre su legalidad. También se calificó de «ataque grave e inmediato a los intereses de los fabricantes [de carne de origen vegetal]».
Italia aprobó una prohibición similar, pero en febrero informó de que podría reconsiderarla si las restricciones perjudicaban a las empresas italianas. Bélgica también abandonó en enero sus planes de introducir directrices para el etiquetado de alternativas a la carne.
«Estas normativas son contraproducentes y se basan en malentendidos», declaró previamente Jasmijn de Boo, director general mundial de ProVeg International. «Los alimentos de origen vegetal son una clave vital para resolver la crisis climática, así como para garantizar el crecimiento económico. Muchas empresas cárnicas y lácteas lo saben, y por eso están invirtiendo tanto en alimentos de origen vegetal como animal, y en algunos casos se están pasando por completo a los alimentos de origen vegetal.»