Carne cultivada

El gobierno británico debe adoptar la carne cultivada o perderá 2.100 millones de libras y 16.500 empleos

Un estudio, encargado por la empresa de carne cultivada con células Ivy Farm Technologies y realizado por investigadores de Oxford Economics, ha concluido que la carne cultivada con células podría aportar 2.100 millones de libras a la economía del Reino Unido en 2030, además de crear 16.500 puestos de trabajo.

Según esta proyección, la carne cultivada representaría el 13% del sector agrícola del Reino Unido, recaudaría 523 millones de libras en impuestos y representaría el 12% de la demanda de carne de los consumidores, todo ello dentro de menos de una década.

Sin embargo, esto sólo será posible si el Reino Unido concede la aprobación reglamentaria a la venta de carne cultivada con células para finales de 2022. De no ser así, el país quedará por detrás de otros como Singapur, Estados Unidos e Israel.

Según un informe de mercado de este año, el mercado mundial de la carne cultivada con células tendrá un valor de 206,6 millones de dólares en 2025. Pero actualmente la carne cultivada no está disponible comercialmente en el Reino Unido, mientras que en Israel ya se produce a escala industrial.

Ivy Farm Technologies, que encargó el estudio de Oxford Economics, pretende llevar las primeras salchichas cultivadas con células a los supermercados del Reino Unido en 2023, y en última instancia pretende producir 12.000 toneladas de carne de cerdo cultivada al año.

Ivy Farm HotDog
Imagen cedida por Ivy Farm

«Es la primera vez que se calcula un conjunto de datos económicos definitivos para la industria de la carne cultivada en el Reino Unido, e instamos al gobierno y a la FSA a que estudien el informe con detenimiento», dijo el director general de Ivy Farm Technologies, Rich Dillon. «Si no actuamos con rapidez, países como Singapur, que ya han aprobado la carne cultivada para el consumo, nos dejarán atrás».

Y añadió: «Si somos capaces de soltar el freno de mano y aprovechar la ventaja de ser los primeros, el Reino Unido puede convertirse en una potencia en proteínas alternativas, exportando nuestros productos y tecnología a todo el mundo y reduciendo la dependencia del Reino Unido de la carne importada.»

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