La empresa de carne cultivada Aleph Farms se ha asociado con los expertos en biomanufactura BBGI y Fermbox Bio para producir carne cultivada en la primera planta de producción de Tailandia para aplicaciones de agricultura celular.
Mediante esta asociación, las empresas pretenden impulsar el desarrollo y la producción de carne cultivada en la región, centrándose en la mejora de la producción, la optimización de costes y la ampliación de las operaciones.
BBGI es una empresa de innovación ecológica de base biológica que fabrica y distribuye combustible de base biológica y productos de alto valor y bienestar. Fermbox Bio es una empresa de investigación y fabricación de biología sintética que aprovecha la fermentación microbiana y la biología sintética para crear productos sostenibles, incluidos ingredientes para medios celulares. Ambas empresas tienen una amplia experiencia en el diseño y funcionamiento de la biomanufactura a gran escala.

«Estamos encantados de formar parte de esta asociación, que reúne a personas y empresas de todo el mundo con puntos fuertes complementarios para construir la primera instalación de carne cultivada a gran escala de su clase en Tailandia», comentó Subramani Ramachandrappa, fundador de Fermbox.
«Este acuerdo tiene por objeto apoyar el desarrollo sostenible de Tailandia y la región en todos los aspectos, centrándose en la nueva curva S, con el apoyo gubernamental previsto», compartió Kittiphong Limsuwannarot, CEO de BBGI.
Un eje central en el Sudeste Asiático
Además de otros mercados, como Europa y Oriente Medio, la empresa afirma que apunta al Sudeste Asiático como su eje central, donde la demanda de proteínas y grasas de origen animal sigue aumentando.
En 2021, la empresa firmó un memorando de entendimiento con Thai Union, el mayor procesador de atún del mundo (y un inversor anterior), tras una investigación que reveló que el 74% de los singapurenses y el 97% de los tailandeses están dispuestos a probar la carne de cultivo celular. Aleph Farms ha anunciado un acuerdo similar con Mitsubishi en Japón.
«También soy optimista respecto a las conversaciones sobre el marco regulador entre Aleph Farms y la FDA tailandesa, que comenzaron durante el evento FoodTech que celebramos en Bangkok el año pasado. Espero que el diálogo siga siendo fructífero y permita la expansión de las operaciones de Aleph Farms en Tailandia y más allá», comentó S.E. Orna Sagiv, Embajadora de Israel en Tailandia.
En cuanto a las certificaciones religiosas, la empresa biotecnológica ha obtenido una resolución del Gran Rabino de Israel que declara kosher su filete cultivado, y está trabajando para conseguir la certificación Halal.

Una estrategia de reducción de activos
Aleph Farms ya ha manifestado anteriormente que se está centrando en una estrategia de reducción de activos para operar de forma más eficiente y ampliar su alcance sin inversiones significativas en infraestructuras.
En Israel, donde recientemente obtuvo luz verde para comercializar su Aleph Cut, la empresa opera una planta de 65.000 pies cuadrados en Rehovot y una planta de fabricación adquirida en Modi’in para producir localmente con menos inversión que construyendo una nueva instalación.
«Una ampliación prudente y eficiente en términos de capital nos permite realizar inversiones en infraestructuras de forma meditada, lo que permite una penetración sostenible en regiones clave», declaró Didier Toubia, Consejero Delegado y cofundador de Aleph Farms.

Construir sistemas alimentarios resilientes
Aleph Farms ha recaudado 140 millones de dólares de inversores, entre ellos el gigante alimentario Cargill, Thai Union y Leonardo DiCaprio, para su plataforma de carne cultivada con suero no transgénico y sin animales.
La biotecnológica ha presentado expedientes para la aprobación de carne cultivada en Europa -en Suiza y el Reino Unido- y tiene previsto ampliar sus operaciones en Singapur, donde opera su socio CDMO Esco Aster.
«Esta estrategia está en consonancia con nuestro compromiso de crecer de forma responsable, evitando en el proceso inversiones abruptas y cuantiosas en CAPEX. En última instancia, esta progresión se ajusta a nuestro objetivo global: garantizar la seguridad alimentaria mediante una transición equitativa e integradora hacia sistemas alimentarios sostenibles y resistentes», añadió Toubia.