Hace exactamente un año, dos marcas australianas líderes en la categoría de carne de origen vegetal – vEEF, de Fënn Foods, y LOVE BUDS, de All G Foods – anunciaron que se fusionaban para formar una nueva empresa llamada The Aussie Plant-Based Co. El movimiento estratégico pretendía lograr una expansión masiva para atender la creciente demanda de alternativas.
Sin embargo, en un desafortunado giro de los acontecimientos, The Aussie Plant-Based Co. ha sido liquidada recientemente por problemas de liquidez, según informan los medios de comunicación locales. Tras una asamblea general de los miembros de la empresa, se decidió nombrar liquidadores y mantener conversaciones abiertas con las partes interesadas en reiniciar el negocio.
Sinergias previstas
En el momento de su creación, se preveían sinergias entre las dos marcas, ya que VEEF estaba presente en varios lugares y contaba con un centro de fabricación en Sunshine Coast, mientras que Love Buds era fuerte en I+D y restauración.

Alejandro Cancino y Paola Moro fundaron Fënn Foods en 2015. La marca recaudó 3 millones de dólares en una ampliación de capital privado sobresuscrita en 2022 y se hizo popular por su carne picada de origen vegetal bajo su marca vEEF. Su gama incluye trocitos de bacon vegetal, pulled beef y seitán asado. El año pasado, la empresa se convirtió en la primera compañía australiana de alimentos vegetales con emisiones neutras de carbono, y el mes pasado (tras la fusión) lanzó una nueva gama de carne vegetal a precios competitivos.
«Combinando nuestros puntos fuertes, podemos acelerar la adopción de alternativas vegetales y contribuir a un planeta más verde y a fuentes de proteínas más éticas», declaró Cancino al anunciar la fusión.
Por su parte, All G Foods, con sede en Waterloo (Australia Meridional), es una biotecnológica de fermentación de precisión que desarrolla caseína sin animales. Lanzada en 2021, la empresa ha obtenido capital riesgo del gigante minorista australiano Woolworths Group y 25 millones de dólares de la sociedad de capital riesgo Agronomics, Virescent Ventures y otros inversores.
La marca de carne de origen vegetal de la empresa marcó sus operaciones en el mercado, ofreciendo nuggets, salchichas y hamburguesas, entre otros productos. Sin embargo, la empresa decidió separar su rama minorista para centrarse únicamente en los lácteos sin vaca.
Al anunciar la fusión, Jan Pacas, fundador y consejero delegado de All G Foods, comentó: «Este movimiento estratégico permitirá a All G Foods centrarse únicamente en ser el líder biotecnológico australiano especializado en fermentación de precisión».

¿Otro revés para la industria?
La liquidación de The Aussie Plant-Based Co. supone otro revés para el sector de la carne de origen vegetal en Australia, a pesar de las ventajas estratégicas y la presencia en el mercado de las empresas.
A principios de año, ProForm Foods, el primer fabricante comercial de proteínas vegetales del país, entró en concurso voluntario de acreedores y cesó su actividad en septiembre. Sunfed Meats, líder del sector en Australia y Nueva Zelanda, que ofrecía alternativas al pollo y la ternera a base de proteína de guisante, también cerró a principios de año. Además, Australian Plant Proteins, el único fabricante de aislados de proteína de habas y legumbres cultivadas localmente, entró en suspensión de pagos voluntaria en julio.
A pesar de estos acontecimientos, el interés por los alimentos vegetales sigue siendo fuerte en Australia. Un informe de Food Frontier indica que las ventas de carne a base de plantas aumentaron un 47% de 2020 a 2023, y el consumo per cápita aumentó un 28%. Además, otro informe de la organización sin ánimo de lucro dice que la industria de la proteína alt en Australia se ha multiplicado por diez en los últimos años.
El director ejecutivo de Food Frontier, el Dr. Simon Eassom, dice que desafíos como la infraestructura limitada, la escasez de trabajadores calificados, el suministro local insuficiente de ingredientes y la falta de apoyo gubernamental contribuyen en gran medida al fracaso de estas empresas.
«Es una advertencia de que crear una industria sostenible a largo plazo requiere tiempo, inversiones constantes y el compromiso de los gobiernos», afirma.
«Esto es especialmente importante en las zonas regionales, donde se necesita empleo e industrias con valor añadido. Si contrastamos Australia con un líder mundial en este sector, Protein Industries Canada, patrocinado por el gobierno, ha coinvertido 190 millones de dólares en el tiempo transcurrido desde la fundación de APP en 2016 y está ensamblando y sobrealimentando estratégicamente la industria nacional de proteínas vegetales de Canadá para alcanzar los 27.500 millones de dólares en 2035».