Un nuevo informe del Good Food Institute (GFI) ha esbozado el panorama actual de la financiación para las empresas de proteínas alternativas que buscan pasar de la fabricación piloto a la comercial.
La guía, titulada Funding the Build, describe cómo la financiación de capital riesgo se detuvo después de 2022 debido al endurecimiento de la política monetaria estadounidense y a la ralentización de las ventas de carne de origen vegetal. Esto significa que muchas empresas de proteína alternativa que buscan escalar tendrán que encontrar otras fuentes de financiación del crecimiento para superar este cuello de botella de la industria.
Centrándose en las empresas del mercado estadounidense, el informe en cuatro partes esboza posibles soluciones. En la primera parte se analizan las ventajas y los retos de la fabricación por contrato como alternativa a la construcción de instalaciones propias, y se ofrecen consejos a las empresas que se plantean esta opción. También describe las consideraciones tecnológicas específicas de este enfoque.
La Parte 2 trata de la financiación, incluidos los requisitos de gasto de capital para las instalaciones piloto, de demostración y comerciales propias. Explica cómo deben cambiar las combinaciones de financiación objetivo a medida que crece una empresa, para incluir deuda asequible a largo plazo e incentivos gubernamentales. Además, se explican los fondos comunes de capital para la fabricación comercial.

Posibles soluciones
La tercera sección del informe aborda dos temas que suelen considerarse soluciones para financiar la producción de proteínas alternativas: la financiación de proyectos para instalaciones propias y los contratos de compra a largo plazo como solución para reducir el riesgo. Los autores sostienen que, por desgracia, no es probable que sean soluciones viables a largo plazo.
En la última sección se describen las posibles vías de avance en el contexto de un entorno de financiación de capital restringido que probablemente persistirá. Explora los fondos de capital que actualmente financian proteínas alternativas y los enfoques prometedores que podrían desbloquear más capital.
También se analiza el creciente interés del gobierno de EE.UU. por las proteínas alternativas; por ejemplo, el Departamento de Defensa del país desveló a principios de año una nueva vía de financiación para empresas de tecnología alimentaria. Por último, el informe evalúa qué modelos empresariales están mejor posicionados para conseguir capital riesgo y analiza otros enfoques innovadores que podrían ayudar a desbloquear mayores fondos de financiación de deuda a largo plazo.

«Aumentar las inversiones es fundamental»
El clima de inversión para las proteínas alternativas ha sido difícil en el último año, con tipos de interés altos y un mercado de OPV de tecnología alimentaria en caída. Sin embargo, hay varias estrategias que podrían facilitar la obtención de financiación, según explican empresas e inversores de éxito en el podcast Investment Climate (coproducido por vegconomist). Estas estrategias incluyen establecer conexiones personales con los inversores, fusionarse con otra empresa que tenga una misión congruente y evitar vías reguladoras complejas.
Según dos informes del GFI publicados en abril, las empresas de carne cultivada y fermentación han seguido creciendo y cosechando éxitos a pesar de la caída de las inversiones, con la apertura de nuevas instalaciones y la financiación de la investigación y las infraestructuras por parte de los gobiernos. Además, un informe de mercado de enero sugiere que el mercado de proteínas alternativas seguirá experimentando un crecimiento considerable en los próximos años a pesar de los retos a los que se enfrenta.
«El aumento de las inversiones y la aceleración de la innovación en proteínas alternativas, la infraestructura y el crecimiento de la industria son fundamentales para la transición hacia estos nuevos alimentos a la escala y el ritmo necesarios para ofrecer beneficios planetarios y públicos: aire y agua más limpios, reducción de los riesgos para la salud pública y una cadena de suministro de alimentos más resistente y diversa», dice la nueva guía del GFI.