Política

Un informe pide al Gobierno británico que revise la «fragmentada y subdesarrollada» política sobre las proteínas alternativas

Un informe de la Fundación del Mercado Social ha pedido al gobierno británico que actualice su política sobre proteínas alternativas, con el objetivo de mejorar la elección de los consumidores y acelerar la transición hacia un sistema alimentario más sostenible.

Según el informe, con su actual política «fragmentada y poco desarrollada», el Reino Unido corre el riesgo de quedarse atrás respecto a otros países. Los autores proponen varias medidas que el Gobierno podría adoptar para remediarlo.

Las recomendaciones son las siguientes:

  • El Departamento de Empresas, Energía y Estrategia Industrial debería desarrollar una estrategia británica sobre las proteínas alternativas, con la aportación de otros departamentos, en el plazo de un año.
  • Debería encargarse una evaluación de las necesidades de innovación en materia de proteínas alternativas para saber cuál es la mejor manera de gastar el dinero y cuánta I+D se necesita.
  • Los supermercados deberían aspirar a que al menos el 30% de las ventas de proteínas procedan de las proteínas alternativas para 2030, y deberían hacer públicas estas cifras.
  • Deben reformarse las normas gubernamentales de compra de alimentos para facilitar la transición a las proteínas alternativas.
  • Se debería disponer de mejores datos sobre el consumo de proteínas de origen animal.
©Squeaky Bean
©Squeaky Bean

La política de las proteínas alternativas en el Reino Unido

El pasado mes de septiembre, otro informe de la Social Market Foundation pedía al Gobierno británico que invirtiera en proteínas alternativas para cumplir los objetivos climáticos. Además, un estudio encargado por el Gobierno en 2021 pedía que los ciudadanos británicos redujeran su consumo de carne en un 30% durante la próxima década en beneficio de la salud y el medio ambiente.

El país ya está haciendo algunos progresos en este ámbito: la normativa sobre nuevos alimentos se actualizó a principios de este año para facilitar la innovación en materia de proteínas alternativas, y los políticos están considerando la idea de una normativa más ágil sobre la carne cultivada. Pero aún queda trabajo por hacer.

«El Reino Unido es el segundo mercado europeo de alimentos de origen vegetal, pero países como Singapur e Israel están muy por delante en el desarrollo de un ecosistema proteico sostenible», afirma Elena Walden, directora de políticas del Good Food Institute Europe. «Para aprovechar su potencial de creación de miles de puestos de trabajo, y evitar la simple importación de la carne vegetal y cultivada que demandan los consumidores, el gobierno debe invertir al menos 125 millones de libras en investigación y desarrollo propios.»

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