Los líderes de la UE han abandonado los planes para imponer nuevas restricciones a los productos lácteos de origen vegetal, que podrían haber prohibido que mostraran información sobre alérgenos, que se vendieran en cartones y que utilizaran imágenes de sus propios productos.
Hoy se ha confirmado que los representantes del Parlamento Europeo han retirado las propuestas de las negociaciones de la UE sobre la Política Agrícola Común, después de que una coalición de 21 grupos ecologistas, de consumidores y de bienestar animal pidieran a la UE que las rechazara.
La activista Greta Thunberg también se había manifestado en contra de los planes, y más de 450.000 personas habían firmado una petición en la que se pedía a la UE que los abandonara.
Elena Walden, responsable de políticas del Good Food Institute Europe, dijo: «Finalmente, este plan sin sentido está fuera de la mesa. Aunque se mantienen las restricciones existentes en el lenguaje cotidiano como «leche de soja», es tranquilizador que los líderes europeos hayan escuchado a los consumidores. Han rechazado más prohibiciones extremas en las comparaciones medioambientales, la información esencial sobre alérgenos y los cartones de leche.»
«Esta decisión debe señalar el fin de las absurdas restricciones de etiquetado de los alimentos de origen vegetal en todos los niveles de gobierno en Europa. En lugar de perder el tiempo con propuestas inútiles, los líderes de la UE deberían poner en marcha sus ambiciones para combatir el cambio climático y apoyar a los consumidores para que hagan elecciones más sostenibles.»
Al prohibir cualquier «uso directo o indirecto» o «evocación» de los productos lácteos, los planes -conocidos como enmienda 171- habrían introducido nuevas restricciones que podrían haber impedido que los productos lácteos de origen vegetal proporcionaran información esencial sobre salud y alérgenos, como «alternativa sin lactosa a la leche láctea»; utilizaran envases similares a los de los productos lácteos, como las cajas de cartón; utilizaran imágenes del producto sirviéndose en una mesa de desayuno, o de la espuma blanca arremolinándose en un capuchino; informaran a los consumidores sobre el impacto climático de los alimentos, por ejemplo, comparando la huella de carbono de los productos lácteos vegetales y los convencionales; utilizaran palabras descriptores útiles como «cremoso» o «mantecoso».
