Hoy traemos un resumen de las empresas emergentes de agricultura molecular que transforman las plantas en biofactorías para producir alternativas a las proteínas animales, pigmentos, edulcorantes de última generación y factores de crecimiento.
La agricultura molecular vegetal, un enfoque de producción adicional al basado en plantas, cultivos y fermentación, promete ingredientes ilimitados y rentables para la alimentación y otras industrias. Al no requerir costosas infraestructuras ni biorreactores -solo la magia de las plantas y la bioingeniería-, los invernaderos y campos existentes pueden convertirse en fábricas de ingredientes, lo que garantiza un escalado industrial sencillo y precios competitivos.
Cada una de las siguientes empresas emergentes ha elegido una planta como lugar de producción:
1. Veloz Bio, México: Frutas desechadas
Veloz Bio, una startup con sede en Monterrey fundada en 2020, afirma haber desarrollado la plataforma de diseño y desarrollo de proteínas más rápida del mundo. Veloz Bio produce proteínas de alto valor, incluida la caseína, expresando proteínas objetivo de manera eficiente y asequible en frutas desechadas. La startup mexicana aprovecha la experiencia de sus fundadores en extractos de alimentos funcionales para alterar la economía de la producción de proteínas a través de un enfoque de agricultura molecular rápido, descentralizado y sin gastos de capital, sin agricultura.
2. Miriku, Nueva Zelanda: Cultivos oleaginosos
Miruku desarrolla proteínas y grasas lácteas a partir de cultivos oleaginosos y su sistema de cultivo molecular. La startup dice que su enfoque promete ofrecer una solución eficiente para satisfacer la demanda mundial de proteínas lácteas al tiempo que reduce el impacto ambiental de la agricultura animal. Miruku, que opera desde 2020, recaudó recientemente 5 millones de dólares para mejorar su tecnología, realizar pruebas y desarrollar su primera prueba de concepto.
3. Alpine Bio, EE.UU.: Soja
Alpine Bio, antes Nobell Foods, utiliza plantas de soja para producir caseína para queso. Al elegir estas plantas, la startup aprovecha todo un sistema agrícola -desde el cultivo hasta la extracción de proteínas- para instalar su plataforma. Con sede en San Francisco, la startup recaudó 75 millones de dólares en 2021. Alpine Bio cuenta con 10 patentes estadounidenses sobre composiciones de alimentos lácteos que contienen proteínas de caseína recombinante expresadas en plantas.
4. Forte Protein, EE.UU.: Lechuga y col rizada
Con sede en el estado de Nueva York, Forte Protein ha desarrollado un sistema de expresión que utiliza lechuga o col rizada para producir sin animales proteínas de carne, pescado y lácteos, como lactoferrina, caseína, albúmina, colágeno y miosina. Su proceso puede instalarse en invernaderos y se dice que es escalable, sostenible y libre de residuos, ya que reutiliza los desechos como fertilizante y los residuos vegetales para usarlos como materia prima, fertilizante o biocombustible.
5. Kyomei, Reino Unido: Cualquier cultivo
Kyomei, de Cambridge, produce proteínas idénticas a las animales en plantas, incluida la mioglobina hemo, el popular compuesto utilizado para sabrosas y sangrantes hamburguesas vegetales. Fundada en 2021, la startup pretende transformar la agricultura y la industria alimentaria ofreciendo métodos de producción sostenibles y rentables.
6. Finally Foods, Israel: Patatas
Finally Foods utiliza patatas como biorreactores para cultivar proteínas animales, empezando por la caseína, la proteína funcional clave del queso. Según la empresa, extraer proteínas de las patatas es más sencillo que de las hojas o las judías. La startup, que salió del modo sigilo recientemente con financiación pre-semilla de The Kitchen FoodTech Hub, aprovecha la IA para descubrir y desarrollar rápidamente marcadores biológicos para la ingeniería genética.
7. IngredientWerks, EE.UU.: Maíz
IngredientWerks, una empresa derivada de la biotecnológica AgriVida, utiliza el maíz para producir proteínas de alto valor, como la mioglobina hemo bovina, la caseína y la leghemoglobina (hemo vegetal). La empresa afirma que su tecnología puede expresar con éxito 10 mg de mioglobina por maíz y llama a su maíz «maíz carnoso». IngredientWerks aprovechará la inmensa capacidad de la infraestructura agrícola y de transformación de Estados Unidos para producir estas valiosas proteínas a escala industrial.
8. Elo Life Sciences, EE.UU.: Sandía
Elo Life Sciences, de Carolina del Norte, que se describe a sí misma como la «empresa de ingredientes de nueva generación», aprovecha la agricultura molecular y las plantas de sandía para producir un edulcorante inspirado en la fruta del monje que, según se dice, es más dulce que el azúcar y no tiene calorías, por lo que es seguro para las personas diabéticas.
La empresa, creada en 2021 a partir de Precision BioSciences, también colabora con Dole en la producción de plátanos cavendish resistentes a los hongos para salvar esta popular variedad de la extinción. El año pasado, la empresa recaudó 24,5 millones de dólares para acelerar el desarrollo de su edulcorante derivado de la fruta y 20,5 millones este mes de enero.
9. ORF Genetics, Islandia: Cebada
La islandesa Orf Genetics utiliza granos de cebada para producir proteínas recombinantes destinadas a diversas industrias. En un principio, la empresa se centró únicamente en los factores de crecimiento humano y las citoquinas para la investigación de células madre, pero más tarde se expandió a la industria cosmética produciendo una proteína que estimula la producción de elastina y colágeno.
MESOkine, la solución rentable de la empresa para la carne cultivada, es un extracto derivado de semillas de cebada que contiene factores de crecimiento recombinantes purificados para ayudar a las células a crecer. Fundada en 2001, ORF Genetics cultiva cebada en la península de Reykjanes, una zona de lava.
10. PoLoPo, Israel: Patatas
PoLoPo ha desarrollado una plataforma de agricultura molecular vegetal para cultivar proteínas de huevo en patatas, empezando por la ovoalbúmina para la industria alimentaria. Además, PoLoPo extrae patatina, la proteína natural de la patata, para su uso en múltiples productos de alimentación y bebidas. Aunque las proteínas extraídas de los tubérculos no son OGM, las patatas enteras modificadas genéticamente podrían utilizarse para crear las patatas fritas más nutritivas. La startup ha recaudado 2,3 millones de dólares, incluidos 1,75 millones en una ronda de financiación previa a la siembra el año pasado.
«La producción de ovoalbúmina en plantas, no en animales, transformará el procesado de alimentos con una opción estable en precio y cadena de suministro y desencadenará un efecto dominó en sostenibilidad, un gran primer paso hacia el cambio de nuestra industria alimentaria», afirma Maya Sapir-Mir, CEO de PoLoPo.