Un nuevo informe del GFI revela que harían falta más de 800 megafábricas que produjeran 30.000 toneladas métricas de carne de origen vegetal al año para satisfacer la demanda mundial prevista para 2030, e insta a invertir en la producción de origen vegetal para que el aumento de la producción sea realista y se acerque a ese nivel.
En los últimos años, la demanda de proteínas de origen vegetal por parte de los consumidores ha superado con frecuencia la capacidad de la cadena de suministro.
Según el nuevo informe titulado «Plant-based meat: Previsión de las necesidades de ingredientes, infraestructuras e inversiones en 2030», esta evolución podría adquirir dimensiones preocupantes.
«A partir de las previsiones disponibles públicamente sobre la demanda de carne de origen vegetal y las necesidades de producción, este informe explora un escenario hipotético de producción: En 2030, la carne de origen vegetal ha captado el 6% del mercado mundial de la carne y el marisco, lo que representa 25 millones de toneladas métricas (MMT) de producción anual de carne de origen vegetal», afirman los autores.
«Potencial inminente de reducción de la oferta mundial»
«Identificamos un potencial inminente para la reducción del suministro mundial de ingredientes fundamentales como el aceite de coco y la proteína de guisante y estimamos que la industria necesitará operar al menos 800 instalaciones de fabricación con un coste de al menos 27.000 millones de dólares en la década, lo que subraya la importancia y la urgencia de realizar inversiones audaces en infraestructuras», advierte el GFI.
Se dice que los problemas de la cadena de suministro surgen sobre todo en Asia-Pacífico, donde la industria se encuentra todavía en una fase incipiente y la demanda de proteínas de todo tipo se está disparando a niveles históricos.
En un esfuerzo por resolver estos problemas y anticiparse a posibles crisis futuras antes de que se produzcan, el GFI destaca su informe como un «nuevo recurso vital [que] establece la hoja de ruta sobre cómo podemos mitigar los futuros cuellos de botella en ingredientes esenciales como el aceite de coco y la proteína de guisante y estar a la altura de los retos que esperamos que afronte la industria».
El informe estima además los costes de inversión necesarios para satisfacer la demanda anual del mercado mundial de carne de origen vegetal de aquí a 2030. El precio previsto asciende a 27.000 millones de dólares. Esta sorprendente cifra subraya la necesidad de incentivar las inversiones en infraestructuras para facilitar la transición mundial hacia las proteínas alternativas.
Asia es fundamental para el éxito de la carne PB
En relación con las conclusiones del informe, Ryan Huling, director de comunicaciones de GFI APAC, señala que estas cifras globales «aún no ilustran del todo el peso desproporcionado que va a tener el impulso en APAC. Ningún continente es más importante para el éxito de la industria mundial de la carne de origen vegetal que Asia. En el lado positivo, si las partes interesadas de la industria regional lideran el camino para aumentar su capacidad de producción y reducir los costes, los efectos de esos esfuerzos se sentirán en todo el mundo».
«El informe de GFI muestra que hay claras ventajas financieras para el sector privado -incluidos los inversores, los procesadores de ingredientes, los proveedores de equipos de extrusión y los fabricantes- si se toman en serio estas proyecciones de la industria y contribuyen a construir la enorme cadena de suministro de carne de origen vegetal que el sector necesitará en la próxima década. Asimismo, los gobiernos harían bien en reconocer que los beneficios climáticos significativos de un cambio a escala hacia la carne de origen vegetal no serán alcanzables a corto plazo a menos que inviertan en I+D e infraestructura de libre acceso para esta floreciente industria», comenta Huling.
